El Centro de Convenciones de Cancún está situado sobre el boulevard Kukulcán, en el corazón de la zona hotelera de la ciudad de Cancún, México.

El proyecto contempló la renovación total del edificio existente, no solo en su aspecto formal, acabados y texturas, sino con un impacto en su funcionalidad.  Las acciones serán implementadas a partir de un plan maestro que divide el proyecto y sus intervenciones en etapas, hasta renovar en su totalidad la imagen del Centro de Convenciones de la ciudad de Cancún.

El edificio requería de una remodelación integral, tanto en el exterior como en el interior del complejo. El estacionamiento original no contaba con una organización clara, carecía de vegetación, se creaban conflictos en el acceso de manera frecuente, entre otros factores. Adicional a esto, el acceso al edificio carecía de jerarquía, no  existían espacios públicos de encuentro al exterior y existían varias áreas de oportunidad para detonar actividades comerciales.

La primera operación del proyecto, fue transformar el estacionamiento principal en un oasis de vegetación y cuerpos de agua, no solo buscando mejoras en sombra y sensación térmica, sino con el objetivo de devolver parte de la vegetación que el sitio debió tener en sus orígenes. De igual manera, se optimizaron las circulaciones, renovando el diseño de pavimentos, generando un carril exclusivo para el acceso desde el blvd. Kukulcán y logrando un mayor número de cajones  de estacionamiento.

Para el acceso, buscamos una respuesta más acorde con el edificio, es decir, una mayor jerarquía en sus dimensiones, contundencia en su función y un mayor dinamismo formal.  Para lograrlo, fue necesario unir dos zonas: el motor lobby y el cubo de escaleras eléctricas hacia los salones de eventos, ubicado en el interior del edificio, ambas a doble altura. Estas dos zonas se encontraban desligadas por elementos construidos del edificio que interferían entre ellas. 

 Eliminando dichos elementos se logró la conexión entre motor lobby y cubo de escaleras, logrando generar una Plaza de Acceso a doble altura con elementos de vegetación y agua, locales comerciales que dan servicio a los usuarios que asisten a los eventos y áreas públicas que buscan favorecer la interacción entre usuarios y turistas que recorren la zona.

Para reforzar la intención de ligar ambos espacios, se generó un plafón en un solo material, que engloba todas las áreas bajo una misma cubierta, partiendo desde el exterior, zona de ascenso y descenso, pasando por las áreas comerciales hasta llegar al interior del edificio. A fin de contribuir al ahorro del proyecto y a mantener un impacto moderado en el consumo de materiales de construcción, la selección del material partió de la premisa de reusar paneles de aluminio en color gris con el que el cliente ya contaba. 

Partiendo de las cualidades plásticas del material de reuso, se tomó la estructura preexistente como eje de composición formal, resultando en una serie de dobleces semejantes  a un ejercicio de origami, generando altos y bajos relieves, dando lugar a cajillos de luz que enriquecen el espacio durante la noche, aportando una iluminación global cálida y confortable, mediante el uso de la iluminación indirecta.

La fachada principal se fabricó en aluminio color blanco, partiendo de las ideas ya generadas en el plafón de la cubierta de acceso. Se generó un nuevo módulo base, el cual fue desfragmentado y colocado en diferentes posiciones, dotando de riqueza visual a la fachada, jugando con las luces y sombras que la orientación provoca sobre ella. 

 

Más que un recubrimiento, es una instalación en fachada que busca maximizar el efecto del sol y del paso del tiempo.